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Hemeroteca de La Garceta (sin+)

El Porqué: una forma de mirar

El Porqué: una forma de mirar Casi todas las plantas necesitan la luz del sol. Pero los girasoles no sólo buscan su luz desesperadamente. Quieren mirarlo cara a cara, quieren ser el sol. No sabemos si roban su luz o la contemplan.

Lo buscan, lo encuentran, lo miran y no temen quemarse en su empeño. Ansiedad de fuego.

Ardiendo, consuelan su calor con unas gotas de agua imperceptible y subterránea y algún fugaz halo de viento. Más allá de una sencilla danza de verde y amarillo. Un misterio.

No hay nada más triste que un solitario girasol cabizbajo. No hay nada más insultantemente luminoso que un campo de girasoles contemplando al unísono el cielo una tarde de verano.

Aparentemente inmóviles, arden intentando olvidar la noche. Viven gritando luz, duermen en silencio. Miran escuchando olores, revelando secretos.

En su gregaria búsqueda, en su autismo de genio, parecen casi humanos. Puro sol atrapado en las semillas de sus ojos.

Hay quien pasa la vida sembrando misterios, miradas... cultivando girasoles, sin saberlo.

Conozco a un ángel con ojos de girasol. Míralo.

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